Lola Flores fue una de las cantantes de copla con más temas taurinos en su repertorio. Eso quizás sea debido a su gran afición por la Fiesta de los Toros y a la gran cantidad de amigos toreros que tuvo. Aunque, como cuenta en las memorias que dictó a Tico Medina, con quién más estrecha relación mantuvo fue con Rafael Gómez "Gallito", el sobrino de Rafael y "Joselito" a principios de los años 40. "Me enamoré de él, nada más verle, como una loca", cuenta la propia Lola. Pero ni "Gallito" estaba por la labor, pues no quería comprometerse para nada serio, ni la jerezana, al comienzo de su carrera, quería una aventurilla sin más con un torero famoso. Resulta muy gráfica, según cuenta la propia Lola, la forma en que el torero se despidió de ella diciéndole que tenía a la puerta, esperándole, a una señora mayor que ella dentro de un cochazo impresionante, con chófer, con abrigo de pieles y luciendo unos llamativos brillantes. Y Lola se quedó compuesta y sin novio. Pero gracias a su relación con el planeta de los toros, conoció a "Palmita", un antiguo banderillero de Antonio Márquez y Domingo Ortega, que fue su representante artístico durante los primeros años de su carrera profesional... Pero vayamos a lo que estamos, la canción que ocupará este espacio en el CANCIONERO TORERO. De entre su extenso repertorio taurino queremos enlazar unas coplas dedicadas a quién fue uno de los toreros más importantes del pasado siglo XX, Antonio Ordóñez. Nacido en Ronda, era uno de los siete hijos del torero Cayetano Ordóñez "El Niño de la Palma" y de la bailaora Consuelo Araujo de los Reyes y, como torero, el más importante de los cuatro hijos del matrimonio que, como su padre, se dedicaron a la profesión. Pero sobre estas coplas, el torero y la interprete ya publiqué un extenso artículo en la Blog "don Pepe y don José" al que remito para ampliar información. Tan sólo añadir que las “Coplas de Antonio Ordóñez” son unas bulerías compuestas por Antonio Gallardo y Nicolás Sánchez Ortega que Lola Flores grabó, para el sello discográfico Columbia, el año que Antonio Ordóñez se retiró por primera vez de los toros, en 1962. El acompañamiento y los arreglos musicales corren a cargo de la Orquesta de Maestro Tejada y colabora, como guitarrista, Antonio González "El Pescailla".
Debuta Antoñita Moreno en este CANCIONERO TORERO. Natural de Puebla del Rio, Sevilla, en donde nació un 9 de enero del año 1930, Antonia Moreno Valiente empezó a destacar cantando saetas cuando tan solo contaba 12 años. Al contrario que muchas de esa época era de familia acomodada y relacionada con la música, pues su abuelo materno era el director del Orfeón Sevillano, y desde niña fue animada por su familia para que cursara estudios musicales de piano, guitarra y canto. Esta formación le sirvió para, además de una excelente interprete de copla, dominar los distintos géneros de canción que se daban por toda la geografía española y del otro lado del charco. Pero no quiero extenderme en su vida y milagros, la interactividad de este espacio me lleva a enlazar el artículo de Pepe Camacho en su página web sobre la artista: "Biografía de Antoñita Moreno". Gran aficionada y asidua espectadora en las plazas de toros, en su repertorio figuran varias canciones de tema taurino que, en su momento, irán teniendo cabida en este Blog. La canción elegida en esta ocasión es un número fuerte del repertorio de Antoñita Moreno, "Romance del chavalillo torero", original del poeta gaditano Santiago Guerrero Reyes y del músico barcelonés Benito Ulecia Collado. También es reseñable su actuación en una popular película taurina, "El niño de las monjas", dirigida por Ignacio F. Iquino en 1958, en donde compartía cartel con Enrique Vera, más famoso por sus aportaciones cinematográficas que por las taurinas.